Empleos del futuro – 12

Hoy, en Empleos del Futuro os presentamos al

Detector de idiomas

«¡Rumano!»
(Fuente)

Los detectores de idiomas son personas con conocimiento sobre lenguas que se especializan en determinar qué idioma está hablando una persona. No se deben confundir con traductores, puesto que en la mayor parte de los casos no son capaces de realizar tal trabajo. Su papel no es el de traducir lo que alguien dice, sino simplemente reconocer su idioma para que alguien con más conocimiento en la materia se encargue de la interpretación. Por lo general solo están familiarizados con el acento y algunas palabras comunes, y no faltan los que no tienen ninguna experiencia con el idioma en cuestión y solo lo hacen a ojo.

Por lo general, los detectores de idiomas se encuentran merodeando en lugares con alta concentración de gente de diversas procedencias como aeropuertos, monumentos de interés internacional y lugares donde la “affirmative action” ha ido demasiado lejos. En ocasiones están contratados por los propietarios y organizadores de los lugares donde trabajan, pero no es raro que simplemente merodeen por el lugar en busca de situaciones que requieran de sus servicios para realizar su trabajo antes de que nadie se lo pida y cobrar posteriormente.

Otros, sin embargo, cuentan con una hotline para llevar a cabo su trabajo. No es raro que pidan escuchar al hablante de otro idioma durante una cantidad de tiempo exagerada para dar su veredicto, y sus tarifas son especialmente altas (llegando a doblarse el precio si se determina que el hablante estaba hablando un idioma de la familia del suyo pero natural de otro país y a cuadruplicarse si el idioma extranjero pertenece a otra familia lingüística) debido a las tasas de importación.

Debido a estas prácticas que muchos consideran abusivas, son vistos por muchos como poco más que mendigos muy bien formados, no muy diferentes a tipos que te quieren vender clínex por la calle, te limpian el limpia parabrisas. A esto se une el hecho de que en muchas ocasiones quieren cobrar por servicios no solicitados, simplemente diciendo a alguien por la calle “ese tipo de ahí está hablando en tuvano” para luego esperar cobrar. O aquellos especialmente abusivos que intentan cobrar solo por el hecho de que alguien diga “¿pero de qué estás hablando?” y ellos se metan en la conversación gritando “¡español!”. En muchos aeropuertos se les ha prohibido practicar su oficio en buena medida por el comportamiento violento del que pueden hacer gala si no reciben la compensación que creen justa.

No obstante en este blog creemos que en el mundo cada vez más globalizado de hoy en día, el puesto de detector de idiomas será cada vez más importante ante la necesidad de determinar qué demonios está hablando la otra persona para poder contratar a un traductor adecuado en vez de ir pagando a varios uno por uno hasta dar con el bueno.

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