Hoy, en Empleos del Futuro os presentamos al
Perro humano
Los perros humanos son actores especializados en imitar el comportamiento de un cánido y que trabajan escenificándolo (normalmente llevando un traje de perro). Normalmente son personas expertas en representar gestos y acciones, pero que no se les da bien hablar y consideran más provechoso este trabajo que actuar como mimos en la boca de un metro.
La mayor parte de los clientes son personas que quieren tener una mascota pero no pueden tenerla, ya sea por normas del edificio en el que viven, por alergias, o porque odian a todos los seres vivos que no sean humanos y no serían capaces de convivir con una criatura no-humana sin llenarle de plomo el cerebelo.
Las funciones de los perros humanos suelen limitarse a estar en casa de sus clientes un número determinado de horas (periódicamente o solo de vez en cuando) y pasearse por la casa para dar compañía, ladrar de vez en cuando y dejarse rascar en la barriga. Sin embargo, otros perros humanos son contratados con otras miras como pueden ser evitar que entren ladrones en casa, vigilar ovejas o indicar a los cazadores en qué dirección se encuentra una perdiz. Los honorarios de los perros humanos, bastante altos ya de por sí, se disparan al añadir alguna de estas funciones al paquete básico.
Sin embargo, como es de esperar, este trabajo trae consigo numerosas complicaciones. Para empezar están los dolores de espalda derivados de estar todo el día a cuatro patas, aunque realmente el mayor problema son los comportamientos como oler el culo a la gente, que son normales para un perro y anómalos en un humano. Algunos clientes suelen quejarse de que los perros humanos que han contratado no son realistas porque no les huelen el culo o no hacen sus necesidades al aire libre. Otros, sin embargo, consideran que esa clase de cosas dan mal rollo si las hace una persona. Las denuncias por indecencia y escándalo público son frecuentes.
En cualquier caso, ya sea por el sueldo, porque les gustan los perros o simplemente porque tienen un fetiche extraño con estar vestidos de perro y consideran un regalo que les paguen por la oportunidad de satisfacer sus deseos en público, los perros humanos son una profesión que está aquí para quedarse.