Transporte público
El sistema de transporte público de Pork es deficiente, caro y corto, como la vida media de sus habitantes. La creencia general es que está dirigido por un mono especialmente listo (que aun así no alcanza niveles humanos).
La red incluye metro, helicóptero, tranvías, carro de bueyes, autobuses, y el funicular en la Colina de los Cuellos rotos. El transporte público de la ciudad es un sistema integrado que funciona las veinticuatro horas, pero no necesariamente del mismo día.
Hay diecisiete líneas de metro identificadas con colores como negro verdoso, vómito o una mezcla rara entre azul y amarillo que solo unos pocos pueden concebir; añadiendo más dificultades a los ya de por sí confusos diagramas que cuelgan en las estaciones. Muchas de las líneas se solapan parcial o totalmente, y varias no son aptas para el consumo humano, especialmente por tener vagones que son usados con frecuencia por lobos (están pintados de azul para resultar más llamativo a los canes, que solo pueden ver en tonos de azul y amarillo). Los trenes pasan a intervalos irregulares entre semana, nunca en sábado y a las horas pares los domingos y festivos (o al revés si caen en martes).
Se deben comprar los billetes por separado y con bastante antelación, dado que son un certificado administrativo y la lentitud caracolar de la burocracia porcina es legendaria.. Aunque son válidos para cualquier tipo de transporte público, solo pueden adquirirse directamente en las oficinas centrales de la Empresa de Transportes Porcinos, donde se sospecha que los empleados pasan más tiempo jugando a las tabas que fingiendo que trabajan. Hay varios tipos de billetes disponibles: el más barato permite un viaje de cuatro paradas en el metro o un viaje de 15 minutos donde el revisor tiene derecho legal a maltratarte de cualquier modo que se le ocurra para compensar el hecho de que le pagan poco (no es válido para los autobuses nocturnos, el funicular o los tranvías históricos); otro cuesta la mitad si estás dispuesto a compartir el asiento con tantas personas como sea necesario; otro permite utilizar todo tipo de transporte público, incluyendo transferencias, siempre que se lleve un disfraz del día adecuado (temático del oeste, sombreros graciosos, curas y putas…; se publica cada día a medianoche); otro, más caro, ofrece ventajas como un impermeable y preferencia sobre ancianos y embarazadas; el más caro de todos incluye, entre otras cosas, dos guardaespaldas fornidos.
El funicular sale cada 10 o 15 minutos, y lleva pasajeros desde la Plaza de la Mala Saña hasta la cima de la Colina de los Cuellos Rotos, donde está el Museo del Traumatismo.
La forma más rápida y cara de recorrer la ciudad es en helicóptero, que puede cogerse en algunas azoteas de edificios que cuentan con helipuerto. La alta densidad de la atmósfera porcina hace que estos aparatos funcionen especialmente bien y sean más seguros (solo dos accidentes al mes, empeorando significativamente la fluidez de los otros medios de transporte).
El tranvía histórico núm. 666 funciona durante los fines de semana y festivos y es el medio de transporte más fiable; no obstante es sobre todo para turistas y buena parte de su recorrido pasa por el Infierno. Dado que la entrada al Infierno está fuera de Pork, el recorrido total son tres o cuatro horas, de las cuales dos son solo ir y volver.
Taxis
Todas las compañías de taxis están relacionadas con el crimen organizado, por lo que debería evitarse a toda costa coger un taxi por la calle pero, si se hace, es mejor asegurarse de tener la alabarda lista. El gobierno ha tomado cartas en el asunto y, dentro de unos años, ningún taxi tendrá menos de ocho años, taxímetro ni aire acondicionado y seguirán pintados en un clásico lima chillón, como manda la ley. Los bares y restaurantes suelen llamar a los taxis para sus clientes, pues están compinchados con ellos. Si tiene suerte y no lo secuestran, los precios suelen ser excesivos y las propinas desproporcionadas (a cobrarse con serpientes).
Conduciendo por la ciudad
¡¿Estás loco?!
Alquiler de coches, bicicletas, motocicletas y alabardas
Da igual lo que alquiles en Pork: siempre será de ínfima calidad y los mismos dueños (una vez hayas pagado, claro) te recomendarán insistentemente que no lo uses en la ciudad. No obstante suelen venir con una copia de la famosa guía There is a Pork in your pocket. Get it out! Get it out!, lo cual siempre es un plus.