Cómo comer helado de Dadiván en un parque acuático

Buenos días, monifáticos y monifáticas, asumo que no sabéis cómo celebrar realmente Dadiván, de modo que hemos venido a explicároslo. De nada. Ahora, procedamos, que tenemos irnos a hacer cosas de Dadiván, como el famoso julepe de Dadiván.

Lo más importante para celebrar Dadiván es comer helado en un parque acuático solo y repito, SOLO, si estás en el hemisferio norte. De lo contrario, podrías sufrir graves lesiones.

Dicho esto, realmente gracias al cambio climático enviado por nuestro señor Filippo, estamos en la intersección exacta de los momentos en los que los inviernos son lo bastante cálidos como para no morir comiendo helado en un parque acuático, pero no lo bastante como para que sean demasiado cálidos y haga siempre calor y no tenga gracia. Pero eso ya llegará, dadle tiempo.

Lo cual nos lleva al siguiente punto: como hemos dicho, tiene que ser en el hemisferio norte, pero, naturalmente, el agua también tiene que estar fría. De lo contrario no serviría para nada y especialmente no sería válido como mortificación para atraer las bondades de nuestro señor Filippo, que es en parte el objetivo de todo esto. Pero sobre todo Dadiván.

El helado queda a vuestra elección en buena medida, aunque hay que evitar escoger el helado equivocado. Uno que no falla casi nunca es un cono doble con una bola de pistacho y otra de fresa, porque el rojo, el verde y el blanco (del cono) son los colores de la Dadiván al ser los de la bandera de Mejitomate.

Es importante que la bola roja no sea helado de sangre porque existen regulaciones y bandos del ayuntamiento de Pork que prohíben el consumo de helado de sangre a los menores de 150 años o aquellos que no sean lobos en circunstancias específicas (solo se le permite o bien a la pareja dominante de una manada o bien a los que sean más agresivos).

Una vez tengáis el helado, lo único que falta es el parque acuático. Encontrar un parque acuático que abra en invierno no es de lo más habitual, así que lo normal es colarte en un parque acuático que esté cerrado. El problema es que no va a estar funcionando nada. Así que, si queréis colaros, lo mejor que podéis hacer es pensar a largo plazo: echar un currículum al parque hasta que te contraten (el puesto es irrelevante) y hacer que te enseñen cómo hacerle andar al agua y cómo lidiar con ella cuando esté congelada (que es un caso muy probable). Aunque una vez uno tiene estos conocimientos, a veces renta más abrir tu propio parque acuático. Aunque sea solo un día al año y solo para comer helado.

Hablando de eso, siempre está la opción DIY, que es irse a una presa y comprar dos toboganes de plástico para niños y eso es técnicamente un parque acuático a los ojos de Dios, según la ley, las buenas costumbres y los consejos de la sana razón. Es importante que sean como mínimo dos toboganes de plástico. Si son cinco o más, mucho mejor, con más de diez se empieza ya a sentir la verdadera sensación de estarse uno helando en un parque acuático. A estas alturas quizás deberías cobrar entrada. Especialmente a los niños. Y el doble a los niños gordos.

Una vez se tiene el parque acuático, solo resta comerse el helado. Es importante que el agua esté como mínimo a una altura de 135 centímetros. Si sois bajitos, a lo mejor os toca comer el helado debajo del agua. Eso le da sabor… o yo qué sé, vosotros sabréis. Tú mismo con tu mecanismo. O tú misma con tu aneurisma.

Esta tradición es muy buena para la… circulación. Sí, por qué no. Vosotros hacedlo y dejad de tocar los huevos, cobardes. Miradnos a nosotros, que lo hacemos todos los años y seguimos vivos. Así que hacedlo, cobardes.

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