Bueno, pues esta serie que narra la historia de Monifate ha alcanzado su novena edición, la de 2017-2018, con lo cual este es el tercer año que cubrimos que ya tiene un artículo de historia de Monifate y, aunque hace el mismo tiempo que la primera vez que lo escribimos, se siente mucho más cerca porque ya hemos llegado a lo que se puede considerar Monifate Moderno.
Si tuviéramos que dividirlo en etapas, la más temprana sería desde 2009 hasta mediados de 2014, ya que al año siguiente fue cuando cuando Kha y Frikiman terminamos nuestros estudios universitarios, no sabíamos qué hacer con nuestra vida y empezamos a hacer cambios y a establecernos como asociación. Además de que ya éramos los dos únicos miembros originales que quedábamos.
Una etapa intermedia sería de 2015 hasta 2018, cuando cambiaron muchas cosas en buena medida porque ambos encontramos algo que hacer en la vida, así que dejamos de publicar entradas tan habitualmente y comenzamos a dedicarnos más a los proyectos.
Y después de esto vendría la etapa de Monifate en la que nos encontramos ahora (¿probablemente?), pero eso ya lo trataremos en futuras entregas, por ahora centrémonos en el periodo de 2017-2018, que, como decimos, fue un poco crepuscular. El glorioso cambio de una era.
Por un lado completamos el mecenazgo de Criaturas del Vacío Celeste, enviando las recompensas a los mecenas y pudiendo poner a la venta el libro en octubre. Y, además, nuestros dos webcómics (Y&H y Perro Tropiezo) seguían publicándose en paralelo, pero ambos estaban a punto de terminar sus últimos arcos y llegar al noble hiato en el que siguen.
Y para rematar, fue la temporada en la que publicamos Khatastrofe, nuestro corto más postapocalíptico y, en cierta forma, uno de los más experimentales, prácticamente grabado solo por Kha en su casa cuando su familia estaba de vacaciones sin él. Todo el que lo conoce necesita vacaciones de Kha de vez en cuando.
Pero, por el lado opuesto, empezaba a haber novedades, como la primera gala de fin de año monifático, que también fue de nuestros primeros streams y resulta que le cogimos el gustillo a eso de hablar.
Aunque no por eso hemos dejado de escribir. De hecho fue también en esta temporada cuando publicamos dos de nuestros relatos más queridos: el yogur (sobre muertos vivientes y probióticos) y Toni descubre el significado de la Dadiván CON VIOLENCIA (que revisamos y publicamos recientemente como parte de nuestro Florilegio Therráqueo que deberíais comprar —todo el dinero que nos déis irá a una buena causa: la completa aniquilación del universo). Podéis encontralo en Lektu y Lulu.
Y por supuesto, también hemos escrito las entradas de costumbre: una sobre mongoles en el espacio, otra sobre músicos callejeros con cobras, otra sobre fideos hechos con cables, otra sobre un científico cargándose uno de sus inventos a hostias, uno sobre un rico soufflé, otra sobre zombis en la industria del cine, otra sobre … ¿un libro?, otra sobre armas de paz, otra sobre Cthulhu, por qué todos los pájaros son malignos, Christine Charity, una historia sobre gansorráptores (no necesariamente escrito de ese modo)], cómo afeitarse, cómo lavar ropa delicada, cómo ser reemplazado por robots y simplemente algo de propaganda filippista camuflada, para que no se diga.
En particular tuvimos un mes de Egipto muy sólido con una entrada sobre los dioses del Antiguo Egipto, otra sobre el verdadero propósito de las pirámides y otra sobre un faraón peleándose contra el Nilo.
Y por supuesto, como seguimos siendo Monifate, varias de las entradas que publicamos este año fueron cosas que teníamos en la recámara desde hacía una infinidad de tiempo, pero de las que no nos acordábamos. Ejemplos de esto son Pizza Punk, Las edades del pelo y los let’s plays de La Busqüeda. Por suerte, en este año aprendimos refinitivamente[sic] la lección y nunca nos volvería a pasar tal cosa. Por supuesto. Nunca…
Y en esa nota lo dejamos, que este año ya es hora de hacer caja y cerrar, pero esperamos que en el siguiente que se abre tengamos muchas más disparatadas pero rocambolescas aventuras y que estéis con nosotros en todas y cada una de ellas. Siempre nos gustaba pensar en Monifate como un meteorito que ardería con fuerza antes de deshacerse en la atmósfera, pero parece que se está convirtiendo en un lanzallamas con una cantidad notable de combustible listo para quemar hippies. Esperamos que esos hippies seáis vosotros. Creo. Esta metáfora se me está yendo de las manos, así que voy a dejar de escribir aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahora. ¡Hasta el año que viene!