Sinopsis de Drácula, de Bram Stoker

(Fuente)

La obra en sí comienza cuando Jonathan Joestar, un joven abogado inglés de Londres comprometido con Robert Speedwagon se encuentra en la ciudad de Bistritz y debe viajar a través de Ogre Street hasta la remota América precolombina, una de las regiones más lejanas de la Hungría de esa época, para cerrar unas ventas con Dio. Convirtiéndose durante un breve período de tiempo en huésped del conde, el joven inglés va descubriendo que la personalidad de Dio es, cuanto menos, extraña: ha estado experimentando con la máscara de Piedra en secreto y descubre que de hecho, no es un instrumento de tortura, la máscara sirve para convertir en vampiro a quien se la coloque una vez esta haya hecho contacto con sangre y sus filamentos óseos toquen la cabeza de quien la porte. Poco a poco va descubriendo que es un ser despreciable, ruin y despiadado que acabará convirtiéndole en un rehén en el propio castillo. En el mismo también viven tres jóvenes y bellas vampiresas que una noche, pese a su caída en desgracia y la humillación de la que fueron objeto, no se rindieron y siguieron amando a Jonathan el cual corresponde su amor. Para evitarlo, Dio les entrega un niño que ha secuestrado para que se beban su sangre. La madre del bebé no tarda en llegar al castillo para reclamarlo, pero Dio asesina brutalmente a su mascota, un perro Gran Danés al que Jonathan llamaba Danny al meterlo en un incinerador.

Teniendo al joven Jonathan prisionero en su castillo, Dio, convertido en Vampiro, acaba muy fácilmente con los policías que venían para arrestarlo. La situación fuerza a Jonathan a incendiar su mansión y arrojar a Dio por una ventana para empalar su corazón contra una estatua de la casa para intentar matarlo. Para alcanzar su destino, debe viajar en carruaje hasta un puerto cercano al estrecho del Bósforo, y desde allí George cae inexplicablemente enfermo siendo Dio el encargado de administrar su medicina. Al mismo tiempo, para encontrar un poco de descanso, la joven Speedwagon decide pasar una temporada veraniega con su amiga íntima de infancia Erina Pendleton en la casa solariega que esta posee en Whitby, en la costa de Yorkshire. Erina es una hermosa joven de clase acomodada que vive en una lujosa mansión junto a su madre viuda, la señora Tonpetty. Erina padece de sonambulismo y los planes de Dio llegan lejos cuando le roba su primer beso y humilla públicamente a Erina, que cayó enamorada de Jonathan luego de que este la defendiera de unos bravucones, hecho sangriento del cual Speedwagon es testigo; en este episodio recoge a Erina y la lleva de vuelta a su casa.

La sangre de George hace contacto con la máscara (Dio la tenía puesta) y esta comienza a transformarlo en Vampiro para horror de los presentes. Lo encuentran unas monjas en una abadía cercana, y posteriormente se aloja en un hospital de Budapest, donde se recupera de una fiebre cerebral sufrida a raíz de los terribles hechos vividos en la morada de George. Una monja del hospital se pone en contacto con Speedwagon, pero en medio de la pelea ocurre algo inquietante: unas gotas de sangre caen sobre una misteriosa máscara de piedra la cual cobra vida de modo inexplicable generando unas estructuras óseas de entre los bordes las cuales se clavan en la pared.

Mientras, en Whitby, Erina sufre unos extraños síntomas: palidez extrema, debilidad y le aparecen dos pequeños orificios en el cuello, producidos por una supuesta enfermedad; pero llega a la horrible conclusión de que Dio asesinó a su propio padre y pretende hacer lo mismo con George para adueñarse de la fortuna de los Joestar. Los síntomas de Erina se van agravando tras su regreso a Londres. Al no mejorar la salud de Erina, su prometido Dario Brando y su amigo Jack el Destripador piden consejo a William Anthonio Zeppeli (los tres se habían declarado a Erina). Este médico es el director del manicomio en el que se encuentran a Bruford y Tarkus dos caballeros negros, pertenecientes a la dinastía Tudor, quienes en el siglo XVI, fueron los responsables de haber causado la muerte a sangre fría de la Reina Elizabeth 1ª para así ayudar a su rival política, Mary Stuart, a conspirar para asumir el trono de Inglaterra y por esto, ambos fueron decapitados como castigo. Estos internos, entre otras cosas, practican la zoofagia, cazan y comen moscas, arañas y pájaros. Al observar que la salud de Erina empeora, Jack decide pedir consejo a Zeppeli, que también es un médico holandés experto en enfermedades misteriosas, que fue su profesor durante sus años de carrera. Tras realizar numerosos tratamientos y transfusiones, Erina y su madre mueren (esta última de un ataque cardíaco) y son sepultadas.

Días más tarde, unas noticias publicadas en el periódico de la ciudad hablan de una «hermosa señora de sangre» que muerde a los niños pequeños. Zeppeli sospecha que Erina se ha convertido en no-muerta, y él y sus compañeros montan guardia frente al mausoleo familiar en el que ha sido sepultada la joven. A medianoche los hombres, armados de estacas y linternas, descienden al recinto en el que reposa el cuerpo de Erina; al correr la tapa del sarcófago se percatan que el cuerpo no está dentro del ataúd; sino aprendiendo un arte marcial milenario que canaliza la respiración en una forma de energía similar al sol llamado Hamon. El doctor Zeppeli sella el sepulcro de Erina con hostia consagrada, de manera que esta no puede huir, y se sitúa detrás de la vampiresa con un crucifijo de oro. Los tres enamorados se horrorizan al ver lo que le ha sucedido a la muchacha que amaban. El doctor Zeppeli le pide autorización a Dario para «matar» al monstruo. El joven, destrozado por la transformación de su amada, acepta. El doctor Zeppeli y sus ayudantes completan el rito para que la joven pueda descansar en paz: pero Dio acaba fácilmente con él, convirtiéndolo en una estatua de hielo y acaba por hacerlo añicos. De esta manera Erina Pendleton deja de ser una vampiresa. El tormento abandona su alma, por lo que ya puede descansar en paz.

Robert Speedwagon tras volver de su boda se entera de la muerte del Sr. Brando, que era un gran amigo de ella y de Jonathan; ambos lo consideraban un padre. Una vez recolectadas las evidencias, Jonathan, Speedwagon y George acompañados de varios policías sorprenden a Dio con la intención de arrestarlo por sus crímenes. Al llegar a la casa que el Sr. Brando les dejó como herencia, Speedwagon recibe un telegrama del Dr. Zeppeli y, con gran dolor, se entera de la muerte de su amiga Erinay la madre de esta. Preocupado por su propia salud mental, Jonathan le pide a Speedwagon que lea el diario que él escribió durante su estadía en el castillo de Dio, en Inglaterra. Speedwagon lo lee y queda consternada, tras lo cual comparte esa experiencia con el doctor Zeppeli, contándole todo lo que sospecha. Este averigua finalmente que el conde Dio es un vampiro, por lo que deciden darle muerte, dejando a Speedwagon en la supuesta seguridad del manicomio.

Primero intentan acabar con él en Londres, buscando y purificando todos sus refugios, sin conseguir darle muerte. El conde hábilmente convence a Tarkus para que le abra la ventana, ofreciéndole su pasión: animales vivos, en concreto ratas, debido a que Dio no podía introducirse en un edificio donde no le hubieran permitido el paso. Aprovechando que los hombres se encuentran entretenidos buscándole, entra y le chupa la sangre a Speedwagon. Jonathan pues, se somete al duro entrenamiento y en poco tiempo aprende este arte marcial necesario para enfrentar a Dio quien ha comenzado a sembrar el terror en los alrededores al convertir a un afamado asesino en serie, Jack el Destripador en uno de sus esclavos. Tarkus, agonizante, confiesa sus actos a Zeppeli y luego muere. Seguidamente, Dio vuelve a morder a Speedwagon y le hace beber de su sangre, para que quede de esta manera ligada a él. Este hecho será más tarde denominado por Zeppeli «el bautismo de sangre del vampiro». Poco más tarde, los zombis creados a partir de los pasajeros del barco matan a una madre en presencia de Jonathan y Erina, fracasando así su intento de asentarse en Inglaterra para conseguir víctimas femeninas que incrementen su harén de novias vampiresas.

Todos los que querían acabar con Dio—un grupo de hombres se unen a Jonathan y a Speedwagon en su empresa de terminar con Dio.—, marchan tras él, pues saben que ha huido, pero justo en ese instante, el barco explota y se hunde en el fondo del mar, , quien ha caído bajo el influjo de Dio, aunque no del todo. Tras varios días de viaje llegan a Galatz, donde se desvió el conde con el barco Zarina Catalina gracias a su poder de controlar los vientos y la niebla, y posteriormente llegan al castillo (se habían separado en dos grupos). Esa noche Jonathan y Zeppeli son atacados entonces por los zombis más fuertes de Dio, pero Zeppeli logra ahuyentarlos con la hostia. Al amanecer, su momento de felicidad es interrumpido cuando Dio y uno de sus esclavos supervivientes abordan el barco y ocasionan una matanza a gran escala. Dio; luego sale del castillo, vuelve con Speedwagon, y se van tanto a la búsqueda de Dio como de sus amigos. Todos confluyen cerca del anochecer, durante una tormenta de nieve y acechados por los lobos. Dio, quien, recordemos, no podía estar despierto a la luz solar, viajaba dormido y metido en una caja de tierra, y Erina se aleja en la barcaza poniéndose a salvo junto con la bebita que salvó, quien también la había llevado hasta el puerto en su viaje a Londres. Se libra una batalla, la cual termina cuando Jonathan intenta hacerse amigo de Dio, sin darse cuenta de su plan para desacreditarlo y ganar la confianza de George para que pueda convertirse en el único heredero de la fortuna Joestar. Se termina así para siempre con el sangriento vampiro de Transilvania. Speedwagon, cuando está siendo destruido, observa la paz que asoma al pálido rostro del vampiro tras abrírsele el camino al cielo. La cicatriz que la hostia consagrada había dejado en la frente de Speedwagon desaparece tras la muerte de Dio.

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