Misterios monifáticos: la conjugación 0

Convención de linguistas debatiendo el asunto.

Saludos, monifáticas y monifáticos.

Todos conocemos las conjugaciones verbales, con sus verbos terminados en -ar, -er e -ir. Pero, aunque esas son las más usuales, muchos expertos en lo oculto creen que existe una cuarta: la conjugación 0, formada por los verbos acabados en -ur.

Estos vocablos prohibidos conformarían una conjugación secreta preatlanteana o quizá proveniente de la antigua Mesopotamia (lo que podría implicar que -ur no es su terminación, sino su lugar de origen).

De ser cierta esta teoría, estos verbos estarían bajo la vigilancia de una secta de guardianes de la gramática arcana (junto con otros elementos como los ultradjetivos o la preposición «ty»). Esta organización hundiría sus raíces en la antigua Roma, donde se desarrolló el latín como un medio para introducir paulatinamente el español en nuestra realidad desde las brumas del brujospacio, creando como efecto secundario las otras lenguas romances y deformando lenguas próximas, haciendo que pareciera existir una lengua madre protoindoeuropea.

La nomina de los verbos en -ur se limitaría a siete, cada uno tan poderoso, que tratar de conjugarlo sin las debidas precauciones podría matar a un hombre adulto.

Conocemos parte de sus terminaciones, extraídas de la traducción jamás revelada del linear A, pero no así las raíces o el significado concreto de estos verbos. Por razones de seguridad, no revelaremos estas desinencias aquí.

A lo largo de la historia la secta guardiana ha permanecido en las sombras, pero su efecto se ha dejado notar en aquellos que se han enfrentado a ella. Los rumores afirman que la RAE fue creada originalmente para contrarrestar su poder y poner la conjugación cero en poder de la corona española, pero sus esfuerzos han sido inútiles hasta el día de hoy.

Otros dicen que García Lorca o Dalí llegaron a contemplar los lexemas prohibidos en sueños, pero que jamás fueron capaces de resumirlos en una sola palabra dada su enorme carga significativa (otros apuntan además a la posible intervención y sabotaje por parte de la secta).

Otras historias apuntan a que el hispanista danés Adam Mathiasen consiguió reunir un equipo de portugueses capaces de resolver los enigmas lingüísticos de la casa capitular de la secta, pero aun así inmunes a sus armas meméticas, de modo que pudieron copiar una de las raíces secretas. No obstante, todos los implicados aparecieron muertos en extrañas circunstancias y, según la investigación policial, Mathiasen quemó su propia casa después de suicidarse.

De este modo, la conjugación maldita sigue ahí fuera, ignota e inalcanzable. Y quizá sea mejor para todos que su poder no caiga de este modo en las manos equivocadas.

Recuerden que si quieren saber más pueden dejarnos hatemail en los comentarios de la entrada y nuestras cuentas de correoTwitter. Nos volveremos a ver pronto y, entretanto, no dejen de vigilar los celos.

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