Algunos lugares misceláneos que se nos quedaron en el tintero, pero pueden igualmente ser parte del deleite (?*!) del visitante de Pork.
Fort Pork
Ningún otro sitio cuenta con más historia nacional que Fort Pork, a 3 km al sur de Pork, en una isla fluvial. Aunque los últimos descubrimientos arqueológicos no descartan que este fuera el primer asentamiento humano de Pork en la forma de una tasca prehistórica, lo que sí indican claramente es que, en los siglos -XI y -XII, Fort Pork era estratégicamente más importante que el Castillo del Ayuntamiento. Aunque la iglesia ultragótica de san Bartolothoggua y san Yog-Nando está cerrada al público por las frecuentes fugas de éter, la fachada cuenta con maravillosas esculturas que conducen a la locura a aquel que ponga la vista sobre ellas. Junto a la iglesia se encuentra el Cementerio de Fort Pork, donde yacen artistas, científicos y académicos evslavos (importados por Atanagildo II para su colección de cadáveres).
La Torja
La Torja es el único château de Pork que sigue en pie tras el gran incendio de los châteaus. Los únicos registros que han sobrevivido están muy contaminados de propaganda bolzhevique. Se cuenta que fue construido a finales del siglo -IX por una familia de videntes, como alabanza al futuro gobierno comunista, que en su momento lo consideró un aberrante monumento capitalista. De hecho, los creadores de los cereales Zhotskies compraron la propiedad para poder ensalzar las virtudes del comunismo desde el confort de un château. Situado en el norte de la ciudad, gran parte de su decoración barroca es un himno de celebración al pueblo, especialmente a la creación de los cereales Zhotskies, razón por la que ahora es un museo dedicado a esta conocida marca. Los preciosos jardines llevan hasta la orilla del río, plagado de caimanes hasta la descaimanización del -34, donde se pueden alquilar barcos de remos entre mayo y octubre. Se cobra entrada, pero es gratuita el primer martes de cada mes si cae en eclipse solar (o a mitad de precio si es eclipse lhunar).
El Zoo de Pork
Se encuentra cerca de la universidad y abre de martes a domingo (incluidos los domingos que caen en martes). En él, aparte de los animales comunes, pueden encontrarse otros más interesantes como pavopollos; monstruos de las alcantarillas o simios superinteligentes creados con eugenesia (que pueden ser o no señores borrachos con disfraces de mono). Además, también hace las veces de cárcel para convictos animales que son exhibidos en toda clase de espectáculos como parte de su condena fruto de leyes arcaicas y absurdas.
La UPork
Se encuentra al noreste de la ciudad, donde todos los edificios distribuidos por la urbe fueron trasladados piedra por piedra al establecerse el nuevo campus. Esto se hizo sobre todo para justificar su inflado presupuesto de construcción, pero eso no fue suficiente y muchos otros fueron construidos desde cero; como la facultad de Nigromancia o la de Bellas Artes, excavada directamente en una cueva para aumentar los costes. Es un lugar especialmente adecuado para una excursión durante la temporada de lobos, cuando estos simpáticos animalitos salen de los bosques cercanos llevados por el instinto de procreación. Los visitantes lo pasarán en grande viendo cómo persiguen a alumnos despistados, copulan en los pasillos, duermen en las sillas de los catedráticos o asaltan cafeterías. Con algo de suerte, la experiencia se volverá mucho más interactiva si una manada de cánidos hambrientos decide perseguirlos por el campus.
Las tuberías de éter
Puede ser una actividad divertida seguir alguno de los recorridos de las muchas tuberías que transportan éter de un extremo a otro de la ciudad. No tienen un fin práctico, ya que simplemente llevan el gas en círculos una y otra vez. Su origen ha desaparecido de la memoria histórica, pero lo cierto es que hace unos siglos la gente pensaba que el éter tenía propiedades curativas y que, haciéndolo circular, podían mantener a la ciudad sana. A pesar de que la comunidad científica demostró en cuantiosas ocasiones que esto es una patraña, por algún motivo el ayuntamiento las mantiene, y, a menudo, pueden verse a operarios del mismo rellenándolas con éter. La postura oficial es que cambiar los procesos burocráticos para no rellenar las tuberías costaría más dinero que seguir comprando éter. No obstante, rellenarlas es lo único que parecen hacer; puesto que, debido al deterioro de los años, tienen una gran cantidad de fisuras. Esto hace que el inflamable gas se esparza por doquier y que los visitantes puedan ver una buena cantidad de incendios y combustiones espontáneas a lo largo del trazado de cualquiera de ellas.
Quemódromo
Si te gustan las apuestas, nada mejor que el famoso quemódromo de Pork. A primera vista no parece la mejor idea en una ciudad llena de éter, pero la diversión que reporta supera con creces el riesgo de quemaduras graves. Pasar todo el día en un edificio mal ventilado pensado específicamente para ver cómo se queman cosas y hacer apuestas del tipo “qué arderá antes” o “de qué color serán las llamas”, puede ser un gran plan para toda la familia. No recomendado para asmáticos.
Pantanos del Lago Muerto
Si pensabas que era imposible contraer la malaria a estas latitudes, te vas a llevar una agradable sorpresa. Los pantanos son una gran salida para los más aventureros: agua que te llega hasta las rodillas, mosquitos mamut, caimanes importados (traídos debido a su escasez tras la gran descaimanización), guías que no tienen ni idea de los peligros del pantano, caníbales gobernados por brujos vudú… Aseguramos que todos los que vuelven con vida, repiten.
Mapa
Perderos sería una horrible idea.
Leyenda
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